Vanarsky el desasosegado

2004Jean Clarence Lambert

Jack Vanarsky, escultor ? Vamos ! Es un poeta ! Quiero decir con ello que toda su obra, es evidente, procede de un verdadero pensamiento poético : solo que él lo traduce no con palabras sino con cosas. Y de esas cosas hace, como el poeta con las palabras, objetos propiamente mágicos, de los que se ven en sueños y que uno tanto quisiera reencontrar al despertarse, en lo que usualmente se llama la realidad.

Vanarsky se hizo conocer en los años 70 (me cuento entre los que bien lo recuerdan ), exponiendo libros animados. Laminizados y animados por un invisible movimiento mecánico.

El libro, receptáculo ordinario de la poesía pero tambien el más cerrado de los objetos, el más opaco, al menos hasta que la mirada del lector haga de él un cuerpo en Gloria (o algo semejante) : y he aquí que Vanarsky le otorgaba una suerte de vida orgánica, inesperada, fascinante. Lo hacía respirar y aveces, si mis recuerdos no me engañan, hasta suspirar. Como si vinieran del Wonderland de Alicia. Uno se decía que el Reverendo Dodgson, gran coleccionista de juguetes y de autómatas (los armarios de su departamento de Christ Curch en Oxford estaban archirepletos), hubiera sido el primero en delectarse.

Mientras que, actualmente, el libro, está siendo tragado por los soportes de la comunicación virtual, Vanarsky lo instituye, al contrario, como el protagonista muy concreto de las aventuras más extraordinarias las unas que las otras. Se podría escribir toda una saga sobre las inagotables metamorfosis que le presta, y las escenificaciones/mises en scène en las que los imagina. Recientemente, fué el « cuarto de Kafka », en el Museo de Montparnasse, celebración del enigmático profeta del siglo de los burócratas mortíferos que fué el autor del Proceso.

En 1992, Vanarsky habia construido para el Pabellón de Francia de la Exposición de Sevilla, un monumental Libromundo (200 x 160 x200 cm) en madera, acrílico e imagen de síntesis video, complejo homenaje a Mallarmé, según el cual, como se sabe, « el mundo existe para desembocar en un libro ». Espécie de neo-Biblia, si se quiere : no original, sino terminal, puesto que integra las nuevas tecnologias, que Vanarsky maneja con una sonriente facilidad. El libro es un objeto entre muchos, para el trabajo de poeta de Jack Vanarsky que constituye, pienso,  un repetido desafío a la engañosa inmobilidad de nuestro mundo.

Que se trate de rostros, el suyo, animalizado según el método de Le Brun o de la máscara de Topor (mantenido en vida por « terapia de mantenimiento artístico »), que se trate del doble decímetro de nuestra infancia o de la célebre botella de burdeos, de muebles burgueses o de planos de Paris, o aún de fetiches contemporáneos como los readymades de Duchamp, lo que Vanarsky nos hace ver, es cada vez la Ley, la gran Ley que nos domina : el desasosiego del que hablaba Pesoa, invocado ya por Vanarsky en  una obra de 1999.

Pero el desasosiego, que podría ser percibido como una maldición, Vanarsky lo trata con un humor a toda prueba. Como lo anotó Jean Tardieu en un carnet  reencontrado y publicado en el reciente Quarto de su Obra : « L’humour, toujours, hélas ! » (El humor, siempre, desdichadamente !). Humor azul, negro, rosa, verde, según. Humor de mariposa, cuya teoría del Caos, si no me equivoco, nos dice que un aleteo  en el Amazonas puede provocar un sismo en Japón. Humor de escolopendra que digiere el espacio-tiempo en una ondulante inmobilidad. Humor de parroquiano ulipista [1]. Humor de arquitecto escéptico y urbanista bromista. Humor involuntario que le dió por parecerse a Einstein que es, como se sabe, el ícono mas difundido en el mundo, junto con Marilyn Monroe.

Y siempre esa respiración controlada, lámina tras lámina, ese tempo de lentitud articulada. Con una sonrisa en el fondo. A Vanarsky me gustaría enrolarlo en esa Sociedad de refusniks de nuestra apresurada época que yo habia esperado constituir hace ya una punta de años y que aún no existe –por ahora - : Los Amigos de lo Lento. Todos poetas.


[1] Oulipo (taller de literatura potencial) grupo formado por Raymond Queneau, Italo Calvino, Georges Perec y otros. Vanarsky pertenece a un grupo emparentado, el Oupeinpo

© Jean Clarence Lambert « Verso » N°33, enero 2004 (traduction Jack Vanarsky)